
Los manglares son ecosistemas clave en Panamá y en muchas regiones costeras del mundo. Su importancia para la vida marina se puede desglosar en varios puntos:
1. Hábitat y refugio: Los manglares proporcionan un entorno seguro para numerosas especies de peces, crustáceos y moluscos, que utilizan sus raíces como refugio contra depredadores. Esto es crucial durante las etapas juveniles de muchas especies.
2. Criaderos naturales: Estos ecosistemas son sitios de reproducción y crianza para muchas especies comerciales, como camarones y peces. La biodiversidad que albergan es vital para la pesca sostenible.
3. Filtración de nutrientes: Los manglares actúan como filtros naturales, atrapando sedimentos y nutrientes que pueden ser perjudiciales en el agua. Esto ayuda a mantener la calidad del agua en las áreas circundantes.
4. Protección costera: Su densa vegetación protege las costas de la erosión y de los efectos de tormentas y huracanes, lo que contribuye a la estabilidad de los ecosistemas marinos adyacentes.

5. Carbono azul: Los manglares son importantes sumideros de carbono, ayudando a mitigar el cambio climático al capturar y almacenar dióxido de carbono, lo que también beneficia a los ecosistemas marinos al reducir la acidificación del océano.
6. Biodiversidad: Los manglares albergan una rica biodiversidad, no solo de especies marinas, sino también de aves, reptiles y otros organismos. Esta diversidad es fundamental para el equilibrio del ecosistema.
7. Conexión ecológica: Funcionan como un puente entre los ecosistemas terrestres y marinos, facilitando el intercambio de nutrientes y especies entre ambos.
En resumen, los manglares son vitales para la salud de los ecosistemas marinos en Panamá, y su conservación es esencial para garantizar la sostenibilidad de la vida marina y las comunidades que dependen de ella