
Imagina bucear en las aguas cristalinas de las costas panameñas, rodeado de peces multicolores, corales vibrantes… y, de repente, una bolsa de plástico flotando junto a ti. Aunque no lo creas, esta escena se ha vuelto demasiado común. La contaminación plástica es uno de los mayores desafíos que enfrenta el mundo marino, y en Panamá, con sus más de 2,500 kilómetros de costa, este problema cobra especial relevancia.
¿De dónde viene todo este plástico?
El plástico que llega a los océanos proviene de muchas fuentes: botellas, envases de comida, bolsas, y hasta microplásticos que no podemos ver a simple vista. Panamá, como un país con una economía activa y mucho comercio, no es ajeno a este problema. Los ríos arrastran residuos plásticos que luego desembocan en el mar, afectando gravemente a los ecosistemas.
Los “peces de plástico” y el daño invisible
Una de las mayores amenazas es que muchos animales marinos confunden el plástico con comida. Las tortugas, por ejemplo, pueden ingerir bolsas creyendo que son medusas, lo que puede causarles la muerte. También los peces pequeños, al ingerir microplásticos, se ven perjudicados, lo que afecta toda la cadena alimenticia, ¡incluidos nosotros, los humanos! Sí, los mariscos que consumimos pueden estar contaminados con partículas plásticas, lo que representa un riesgo para nuestra salud.
Afectando nuestros arrecifes y manglares
Panamá es hogar de algunos de los arrecifes de coral más impresionantes del Caribe y el Pacífico. Estos ecosistemas, que son vitales para la biodiversidad marina, también están en riesgo. El plástico puede asfixiar corales y alterar el delicado equilibrio de los arrecifes. Además, los manglares, que actúan como barreras naturales contra la erosión y como guarderías para muchas especies, también sufren con los desechos plásticos, quedando atrapados en sus raíces y dificultando el crecimiento de nuevas plantas.
La acción está en nuestras manos
Pero no todo está perdido. Existen iniciativas en Panamá y a nivel global que buscan mitigar los efectos de la contaminación plástica en nuestros océanos. Proyectos de recolección de plásticos en las playas, la promoción del reciclaje y la reducción del uso de plásticos de un solo uso son parte de la solución. Si cada uno de nosotros toma conciencia y pequeños pasos, como decir adiós a las botellas de agua desechables y a las bolsas plásticas, podemos contribuir a mantener las aguas de Panamá limpias y saludables.
El proyecto regional GEFLAC-CITIES, en el que Panamá participa junto a Colombia y Jamaica, busca reducir la contaminación por plásticos mediante la implementación de prácticas de economía circular. Liderado por MiAmbiente, este proyecto incluye la colaboración con municipios locales y el desarrollo de una hoja de ruta para 2025. El esfuerzo está alineado con leyes como la Ley 187, que regula los plásticos de un solo uso, y se centra en adaptar modelos sostenibles a la realidad panameña.
Un futuro libre de plásticos para nuestros mares
Aunque la situación actual es preocupante, no debemos perder la esperanza. La naturaleza tiene una capacidad increíble para recuperarse si se le da la oportunidad. Si todos ponemos nuestro granito de arena, ¡quizás en el futuro podamos bucear en nuestras costas sin toparnos con bolsas de plástico! Después de todo, los mares de Panamá son un tesoro que vale la pena proteger.
